lunes, 14 de diciembre de 2015




Cientos de obras de primer orden pasaron por esta galería, e Inés Amor guardó cui- dadosamente datos sobre el destino de cada una. Además de reunir una amplia serie de libretas llenas de recorte de periódicos e invitaciones, fotografió cada una de las obras que vendió, y guardó los negativos en sobre marrón, que no solamente registran el nombre del artista, el título, las medidas y la técnica, sino el nombre y a veces la dirección y el número de teléfono del comprador. Recurso increíble para historiadores y demostración de profesionalismo de Amor.28





28 James Oles, “Colecciones disueltas: sobre unos extranjeros y muchos cuadros mexicanos”, en Pa- trocinio, colección y circulación de las artes. Memorias del XX Coloquio Internacional de Historia del Arte, México, IIE-UNAM, 1997, pp. 627-628.



No hay comentarios:

Publicar un comentario